El otoño nos muestra los otros colores de las hojas. Estos habían estado esperando todo el verano para hacerse visibles, escondidos bajo el verde del pigmento más abundante, la clorofila. En este experimento desvelaremos la presencia de estos pigmentos a partir de hojas verdes. Para ello, usaremos una técnica de separación de sustancias denominada cromatografía.
1) MATERIAL
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2) MANOS A LA OBRA
1) Corta las hojas en pequeños pedazos y ponlas dentro de los vasos de vidrio; un bote para cada tipo de hoja. Etiqueta los botes con el nombre del árbol al que pertenecen.
2) Añade suficiente alcohol como para cubrir las hojas y aplástalas con cuidado hasta que queden bien trituradas.
3) Tapa la apertura de los vasos con algo de papel de plata e introdúcelos con cuidado dentro la palangana, que habremos llenado antes con algo de agua caliente del grifo, la suficiente como para que los vasos no se giren.
4) Deja los vasos en el agua durante al menos media hora, o más si hace falta, hasta que el alcohol se haya coloreado (cuanto más oscuro mejor). Remueve algo los vasos cada cinco minutos y cambia el agua si se enfría.
5) Corta tres tiras de papel de filtro de unos 1 x 15 cm, y etiquétalas para identificarlas.
6) Saca los vasos del agua y destápalos. Introduce las tiras de papel en sus vasos correspondientes de forma que sólo uno de los extremos de la tira quede dentro del alcohol. Deja la tira apoyada sobre la pared del vaso, de forma que quede más o menos vertical.
7) El alcohol subirá arriba por el papel, arrastrando los colores con él. Tras una hora (o más), podrás ver una ancha banda verde y diferentes bandas más tenues amarillas, naranjas y/o rojas, en función del tipo de hoja.
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