jueves, 4 de julio de 2013

Cómo leer documentos históricos

Leer y contextualizar

Se denomina genéricamente fuentes a un conjunto heterogéneo de testimonios (escritos, orales, producciones artísticas, etcétera) que produjeron personas que vivieron en otra época y que constituyen la materia prima de nuestro trabajo. Sin embargo, la especificidad de nuestra profesión no reside en la clase de fuentes utilizadas ya que muchas de ellas son consultadas también por otras disciplinas, ni tampoco, como se supone habitualmente, en el rastreo de documentos originales o de limitada circulación en archivos y bibliotecas, actividad propia de los cronistas. En verdad, con la ubicación y recuperación de esas fuentes empieza la tarea propia del historiador, quien, lejos de creer ingenuamente lo que esos testimonios parecen querer revelarle, debe mostrarse desconfiado y someter el material a un conjunto de interrogantes.
Para realizar una lectura crítica es necesario ubicar la fuente en el contexto en que fue producida. Por ejemplo, un acto político será descrito de modo diferente por los organizadores del evento que por un opositor del partido. Esta contextualización puede plantearse como una serie de preguntas que le hacemos al texto con el objetivo de analizarlo. Estas preguntas pueden formularse de la siguiente manera:
  • ¿cuándo se produjo el testimonio?,
  • ¿en qué circunstancias?,
  • ¿qué persona o qué institución lo elaboró?,
  • ¿sobre qué situación se trataba de incidir?,
  • ¿cuáles eran sus intereses al hacerlo y qué objetivos se perseguían?,
  • ¿de qué tipo de texto se trata (carta, discurso, decreto, noticia, etc.)?
  • Actividad. Urquiza y los porteños

    Los invitamos a desarrollar una actividad que permitirá observar la relación entre las fuentes y las condiciones históricas en que fueron producidas. Para ello hemos seleccionado tres testimonios sobre la situación política existente en Buenos Aires (Argentina) durante el primer semestre del año 1852. Según indicamos, es muy importante tener en cuenta que el punto de vista de los protagonistas no es imparcial, sino que está teñido por sus propios intereses e ideologías.
    Les proponemos que realicen las siguientes actividades:
    1. Lean las fuentes. A continuación, averigüen el significado de todos los términos que no conozcan.
    2. Analicen los siguientes aspectos del contexto de cada fuente:
      -quién fue su autor;
      -a quién va dirigida (si es posible);
      -en qué lugar, fecha, etc. fue realizada.
    3. Analicen su contenido (ideas principales y secundarias).
    4. Lean la información sobre el histórico. Pueden completarla con otros datos que ustedes hayan conseguido.
    5. Evalúen cada fuente según el contexto histórico de la época (qué argumentos utiliza el autor de acuerdo con sus intereses políticos o su ubicación social).
    6. Comparen las fuentes según su visión del acontecimiento histórico narrado.
    "Millares de personas en carruajes, a caballo y a pié, llenaban los caminos, yendo y viniendo sin cesar. La casa del general Urquiza estaba siempre llena de gente. Todos querían verle, todas querían tener el honor de darle la mano, de expresarle su agradecimiento por el inmenso servicio que acababa de rendir al país; a nadie se negaba esta satisfacción, la puerta estaba abierta para todo el mundo."
    Victorica, Benjamín. Secretario de Urquiza, citado en Bosch, Beatriz, Urquiza y su tiempo, Buenos Aires, Eudeba, 1980, p. 228.
    "No obstante el poderoso motivo de curiosidad que se presentaba en el pasaje por medio de las calles de masas de soldados tan numerosos cuan jamás se habían visto en aquellos lugares, pocas personas se asomaban á las puertas de las casas para vernos, y si algunos lo verificaban no era sino dando a sus fisonomías cierto aire de desdeñosa indiferencia o despreciativa compasión.
    Querían evitar nuestro contacto como si fuera odioso; las casas de campo estaban abandonadas y sus moradores se habían retirado a los vecinos pueblos huyendo de nosotros como hubieran podido hacerlo de una irrupción de vándalos. Urquiza se quejaba con razón de no haber encontrado en la Provincia de Buenos Aires la menor cooperación, la más leve muestra de simpatía...
    Si no hubiera sido por el interés que tengo de promover la organización de la República yo hubiera debido conservarme aliado a Rosas, porque estoy persuadido que es un hombre muy popular en este pais."
    Díaz, César (Gral.), Memorias, 1842-1852, Buenos Aires, Ferrari, 1943, p. 143.
    "El pueblo de Buenos Aires estaba entregado al delirio de verse libre, a la felicidad de poder maldecir a Rosas [...] Las clases acomodadas de la sociedad acudían por millares a Palermo, a visitar, a ver, a aplaudir, a admirar al general vencedor, objeto del amor y del entusiasmo públicos."
    Sarmiento, Domingo F., Campaña en el Ejército Grande, Buenos Aires, Kraft, 1957, pp. 256 y ss

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